29 de septiembre de 2011

Tengo que comprar una maceta nueva. Ayer la lluvia rompió una maceta colorida y todo el balcón se llenó de tierra. Limpié durante una hora antes de desayunar. Cuando terminé, me di cuenta que una vecina había estado mirándome todo el tiempo. La miré, pero no cambió de posición. Es una vecina nueva. La semana pasada la vi tomando sol en una reposera. Es rubia y debe tener más de 40 años. No es linda. Del director no hay novedades. Tengo que saber qué piensa de la historia. Si le parece atrayente. Tengo que resolver todo en muy poco tiempo porque las ideas me duran poco. Pasa una semana y ya no me interesa. Es diferente cuando alguien se quiere sumar al proyecto. Ahí descanso. Media hora más tarde salí al balcón de nuevo. Traté de no levantar la cabeza por cinco minutos y solamente me interesaba secar el piso mojado. Cuando levanté la vista, la vecina ya se había ido. El vivero queda en S.Ortiz a dos cuadras de mi casa. La maceta me la vendió una tal Adela. Me dijo que era resistente y que no me preocupara. Tengo que ir y pedirle como mínimo un pedido de disculpa. Prefiero que me devuelva la plata o me dé otra maceta.